​Evita los errores en tu próxima mudanza

Armando Cerra Armando Cerra
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En realidad, lo que os proponemos con ese título, francamente, es imposible. Siempre vas a cometer fallos en tu siguiente mudanza. Algunos de bulto, y nunca mejor dicho. Muchos ya hemos hecho una, y algunos ya llevamos varias. Y aunque cada vez se hacen mejor, siempre embalamos algo mal, preparamos cosas muy rápido y a última hora o rompemos parte de la vajilla durante el viaje. Este tipo de cosas son inevitables, salvo para los profesionales.

Así que contando que no lo vamos a hacer perfecto. Os vamos a dar unas cuantas pautas para que al menos ese cambio de casa sea lo más llevadero posible, y que más o menos las cosas fluyan de manera natural, para que ese traslado no se vea como un obstáculo insalvable ni doloroso, sino como un paso más e imprescindible hacia un nuevo y mejor lugar donde vivir.

​Haz las cosas con tiempo

Este primer consejo en realidad es aplicable a cualquier faceta de la vida. Así que siempre que sea posible ponlo en marcha ante una futura mudanza. Está claro que hay ocasiones que no puede ser así, cuando se trata de un traslado inesperado o urgente, pero en cambio en la mayoría de los casos se puede prever. Por ello hay cosas que se pueden hacer con antelación, incluso semanas antes del traslado en sí.

Por ejemplo, acumular cajas y demás materiales de embalaje con tiempo. Y ya que se tienen porque no embalar la ropa de temporada que no se va usar en breve, o los adornos de navidad, o empezar empaquetar libros, etc.

También arregla con tiempo todo lo concerniente al transporte. Es decir, alquila con antelación el vehículo o la empresa para el traslado, y también avisa a todos aquellos que te podrán echar una mano, algo impagable.

​Calcula bien el número de cajas que vas a emplear

Empezar a embalar con tiempo sirve para calcular mejor cuantas cajas, plásticos, cintas adhesivas, etc, se van a necesitar. La verdad es que nunca están de más esas cajas. Para calcular cuantas se necesitan hay que tener en cuenta varios factores. Por un lado peso. El peso que aguantan esas cajas y el que tú puedes mover.

Algo muy importante, por ejemplo a la hora de empaquetar libros. Cajas excesivamente pesadas pueden ser criminales durante una mudanza. Valorad que no vais a mover una, sino muchas. Es decir, una mudanza no es un sprint, sino una carrera de resistencia y hay que saber llevar los esfuerzos. No os importe tener cajas de más, ya que hasta que os decidáis a embalar, se pueden almacenar fácilmente plegadas, ocupando un espacio relativamente pequeño, teniendo en cuanta que luego meteréis todas vuestras posesiones dentro.

​Da o vende cosas

Una mudanza es un buen momento para dar o vender cosas. Todos tenemos en los armarios o estanterías, ropa, viejos juguetes, libros, objetos, que ni usamos, ni usaremos, a veces ni sabemos que todavía los guardamos.

Aprovechad y dadlos a quién los pueda aprovechar. Algún amigo os lo agradecerá, o al menos ofrecerlo. O si no siempre hay asociaciones y ONG’s de ayuda a inmigrantes o gentes con escasos recursos que vuestra ropa o vuestros juguetes les puede venir de miedo.

Y otras muchas cosas, podéis venderlas, en algún mercadillo callejero tipo rastro, por probar no pierdes nada. Y si no ofrecerlo por internet, hay gente para todo, y os sorprendería las cosas que es capaz de comprar la gente.

​Empaqueta bien y con lógica

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Ya tenemos las cajas, el plástico burbuja y la cinta de embalar. También hemos hecho un poco de limpia con trastos, ropa o libros que no nos vamos a llevar a nuestro nuevo hogar. Es la hora de empezar a empaquetar lo que sí nos va a acompañar en nuestra nueva aventura vital.

Hacerlo con lógica. No empecéis a echar cualquier tipo de objetos porque la caja esté abierta. Ordenarlo por habitaciones, por utilidades, por usuarios, como queráis, pero ordenarlo de alguna forma. Y sobre todo, dejarlo bien visible. El mismo día que empecéis a acumular las cajas de la mudanza (compradas o reutilizadas) haceros con un buen rotulador indeleble. Y conforme metáis cosas en cada caja, identificad bien que va dentro. El desembalaje será mucho más rápido.

​Más consejos para el empaquetado

Hay más cuestiones importantes a la hora de esta faena de embalaje. Pero todas ellas, son recursos muy lógicos, que simplemente con que os los nombremos los vais a comprender y será fácil que los recordéis.

Por ejemplo, lo pesado en una caja, siempre, siempre, siempre, va al fondo. También es lógico, que para lo más delicado, como piezas de cerámica o vidrio, además de la caja de cartón recurráis a plásticos protectores o ropa vieja, por si acaso.

Y desde luego hay unas cajas que debéis tener identificadas en todo momento. Van a ser las primeras que abriréis en la nueva casa. Allí estará el neceser mínimo, alguna toalla, una muda y ropa de cama. Dedicad una caja o dos a lo más imprescindible, que generalmente son cosas relacionadas con el baño, para así encontrarlas entre todo el mogollón del nuevo hogar, abrirlas, sacar precisamente lo que estabais buscando y comenzar con buen pie, es algo de lo más satisfactorio.

​No hagáis una mudanza solos

Si vives solo, es básicamente imposible hacerlo solo. Si vivís en pareja tampoco es fácil, a no ser que sea vuestra primera mudanza y tengáis pocas cosas que transportar. Lo normal es que vayamos acumulando un sinfín de objetos, utensilios, ropa de todo tipo, vajilla, recuerdos, etc, además de muebles. En fin, muchas, muchas cosas. Y para dos algo muy cansado. 

Si por otra parte, has pedido presupuesto a una empresa de mudanzas y no estás en situación de pagarles, entonces tienes que recurrir a familia y amigos. No lo dudes, hazlo. Eso sí, ese día tienes que, por lo menos, invitarles a comer. Y lo tendrás que hacer más adelante, cuando ya esté en condiciones tu nueva casa. 

​Limpiar el piso vacío

Hemos recogido todas las cajas y nos las hemos llevado a la nueva casa. Ya descansan allí y ahora ya toca abrirlas y comenzar a organizar todo. Error. Todavía queda una cosa por hacer antes de cerrar con llave la vieja casa. Si es tuya y la quieres vender, dale ya una buena limpia. Y si es de alquiler y la tienes que entregar a su dueño, estás obligado. Así como tendrás que ver que desperfectos has provocado. Para arreglarlos ya, o estar preparados para que te exija la reparación su propietario.

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