Hay familias que prefieren ser herméticas ante el mundo, cerrar los muros de su casa al frente, no permitir un asomo de la calle hacia su interior manteniendo la privacidad de su hogar, y esto lo hacen para aprovechar el espacio y volcarse en transparencias al interior, compartiendo espacios abiertos con cerrados por medio de puertas, muros transparentes y terrazas que parecen integrarse a los interiores, o habitaciones que parecen extenderse sobre el jardín.
La casa que conoceremos hoy es así: es altiva y sobria hacia afuera, de colores sólidos y altísimos muros con muy pocas ventanas, delgadas y alargadas, pero que se distribuye de tal forma que abraza el gran patio y jardín posterior, logrando una serie de terrazas en varios niveles, un área de convivencia y muros de cristal que iluminan los interiores y cuyas luces de colores destellan sobre las paredes del exterior. Los expertos que realizaron el diseño y la obra, Emartquitectura, nos invitan al paseo.
La puerta principal se ubica en el volumen colorido que rompe con lo ortogonal de los volúmenes principales. Una puerta de madera clara, un pequeño techo de acero y un par de escalones rodeados de macetas dan la bienvenida.
La fachada principal nos muestra un rostro sobrio y minimalista, con dos volúmenes rectangulares encontrados en donde unos delgados ojos permiten la entrada de luz, y un volumen cúbico que se encaja en los primeros, desfasado, ubicando ahí la puerta principal.
El comedor es espacioso y elegante. Una de las características de los interiores es el especial cuidado que se le dio al manejo de la luz, colocando spots en lugares estratégicos del cielo, sobre las paredes e integrando luminarias colgantes que se integraran al estilo contemporáneo y elegante del diseño general.
La cocina es un espacio amplio que se comparte con el comedor y, tras bajar unos peldaños, la sala. Se separa del resto de la estancia con una isla en donde se ubica la estufa con su extractor y una barra desayunadora.
La estancia, pasando el comedor y la sala, se abre hacia el exterior por medio de un muro con puerta deslizable. En el interior una estructura de rieles en el techo sujeta las luces que delimitan visualmente las zonas.
La sala es un sitio sencillo, en donde predomina la altura y la luz natural, por medio de un muro de cristal que combina el exterior con el interior.
La sala se ubica a varios desniveles por debajo de la cocina y comedor, esto genera un espacio especial para la chimenea logrando un ambiente muy cálido y acogedor.
Casi cada habitación en el interior se comunica con el exterior, por ejemplo el comedor y la cocina se conectan con una terraza que tiene su propio comedor sombreado, mientras que junto a la sala se ubica una pequeña piscina y su patio.
Toda la fachada posterior abraza
un generoso patio con terrazas en las habitaciones y junto a las estancias, en el primer piso.
Una vista poco antes del atardecer nos cuenta cómo se comparte el ambiente entre el interior y el exterior por medio de estos muros de cristal. En el segundo nivel, un balcón integra el dormitorio con el aire fresco, y las nubes se reflejan sobre cada cristal.
Para seguir sorprendiéndote, visita esta casita rústica con un interior moderno.