Un apartamento moderno con muchas ideas para renovar el tuyo

Como en todo pequeño apartamento, la sala común se convierte en una estancia amplia en la que conviven varios usos, como puede ser el comedor, el salón y a veces la cocina. En estos casos, la separación de zonas se hace por medio de divisiones sutiles que no impiden el paso de la luz para evitar de esta forma compartimentar el espacio, por lo que se evitan tabiques o grandes y pesados muebles. A cambio se usan otras estrategias como muebles y paredes que dejan ver lo que pasa a ambos lados, como puede ser la composición de pilares que separan el salón de esta vivienda del comedor. Otra opción es usar estanterías con libros y objetos decorativos.

Desde esta perspectiva puedes apreciar mejor esa división de áreas de la que hablábamos antes. En vez de separar las zonas por medio de una pared, se ha creado una partición vertical con varios vanos que permiten delimitar áreas pero a la vez unirlas, evitando que el salón se fragmente. Esta zona común cuenta además con un mismo suelo de madera, que sirve para generar unidad. El blanco de paredes y techos en combinación con la madera del suelo y muebles grises es la base perfecta, sencilla y clara para decorar apartamentos pequeños.

El blanco suele ser el color elegido como base para las viviendas pequeñas. Sabemos que es un color que refleja la luz y que genera al sensación de amplitud. Para ello además hay que evitar recargar el espacio con exceso de muebles, o muebles demasiado ornamentados. Pero esto no quiere decir que no se puedan incluir notas de color para personalizar los espacios. En este caso el experto optó por añadir un toque de naranja por medio de únicamente dos de las seis sillas del comedor. Lo justo para introducir luz y alegría en un ambiente en el que predominan los colores neutros.

La cocina se ha ubicado en un rincón separado de la zona común, pero a la vez vinculado a ella. ¿Pero como es esto posible? Pues muy sencillo. La separación de las zonas se ha hecho principalmente por medio de dos estrategias: una, el cambio de pavimento. La cocina usa un suelo de baldosas oscuras y el resto de la vivienda mantiene el parqué en tono claro. Y segundo, por medio de la construcción de un vano. Es decir, la cocina no tiene puerta, sino que cuenta con un gran hueco enmarcado que la delimita pero a la vez la hace completamente visible y abierta.

Si nos situamos de nuevo en el comedor, vemos desde aquí la antigua escalera que conduce a la planta alta donde se ubican los dormitorios. Una escalera de nogal que se ha rejuvenecido al pintar sus peldaños de blanco y al eliminar la antigua barandilla. Ahora se ve ligera y elegante ocupando la esquina de la casa, pasando casi desapercibida al mimetizarse con la pared y el techo. La iluminación, tanto natural como artificial de la casa, ha sido muy cuidadosamente diseñada para crear ambientes suaves con luz indirecta.

En este dormitorio volvemos a notar la presencia de la madera en el suelo, tan cálida y acogedora. También las paredes y techos en blanco, un color presente también en las puertas del gran armario de puertas correderas. Pero en esta estancia, en vez de usarse el color naranja como toque diferenciador, se ha introducido el negro, tanto en la cama como en las sábanas. En combinación con el blanco, el negro aporta un estilo sobrio y elegante que no habíamos visto antes.

Si hasta ahora hemos tenido interiores decorados con naranja y negro, ahora es el turno del rojo. Ahora nos damos cuenta de que el uso del color ha sido una de las estrategias fundamentales del diseñador para diferenciar cada una de las habitaciones y aportarles personalidad. En el baño es el color rojo el que reviste paredes y suelo por medio de baldosas de gran formato y acabado en brillo. La ubicación de éstas de manera continua en el plano horizontal y el vertical es algo novedoso y arriesgado que ha dado un gran resultado.