Como siempre decimos, en decoración es cuestión de gustos más que de tendencias. Los revestimientos, los materiales y las texturas deben hablar de lo que nos hace sentir bien cuando estamos dentro de nuestra casa.
Hoy te presentaremos al ladrillo. Y si pensabas que lo conocías todo sobre este material, no te imaginas lo que tienes para sorprenderte.
No es necesario que lo utilices para vestir todas las paredes de una ambiente, con un solo detalle que lo haga visible, es suficiente. Desde lofts modernos para crear una onda industrial muy a la moda hasta los tradicionales amantes del estilo rústico, todos hacen del ladrillo su invitado.
Aquí te mostramos diez versiones que te dejarán enamorado.
Existe un área de la cocina que siempre nos trae dudas sobre su terminación. Es esas franja debajo de las alacenas que termina en la mesa.
Son muchas las ideas sobre su acabado, pero la del ladrillo a la vista puede ser más que original y ecléctico.
Tal vez en una cocina no te parece tan descabellado la intervención del ladrillo a la vista. Generalmente, está asociado a ambientes con aires de campo y con una veta rústica.
El secreto es que solo un sector lleve este revestimiento para que se destaque por su tradicional tono tierra y por su textura cruda.
Lo ideal del ladrillo a la vista es que no sature, por eso, una idea excelente es combinarlo con otras superficies con texturas disimiles y que presenten otras tonalidades.
En un comedor moderno, la propuesta es otorgarle una mirada más industrial. Por eso, el metal está presente para no perder ese sello original.
No creas que todos los ladrillos son iguales, por supuesto que no. En el caso de una vivienda antigua, el hecho de poder hacer que los originales queden al descubierto puede darle al ambiente un encanto único.
Te encontrarás con la sorpresa de que los tamaños de antaño eran diferentes de los de ahora y tendrás la oportunidad de jugar con esas dimensiones.
Como te decíamos antes, no es posible limitar al ladrillo a la vista a un sector o ambiente de la casa. Hoy en día, lo podemos incorporar a cualquier decoración moderna.
Tan solo en un rincón de una cocina nos parece una excelente propuesta. Como pared de fondo para unos estantes de yeso en blanco, bien iluminado para mostrar su característica irregularidad.
Lo que nos seduce del ladrillo es ese sesgo artesanal que porta en su fisonomía. Nos remonta a esos años donde esas piezas eran confeccionadas a mano y tenían historia en su interior.
Tal vez es eso lo que nos lleva incluirlo en pequeños detalles de las viviendas modernas para contrastar con la frialdad del yeso al que estamos acostumbrados.
Están los que se atreven a llevar al ladrillo a la vista al dormitorio. No solo para darle un aire más rústico a la composición, sino para aprovechar las irregularidades de superficie, textura y color que este material nos brinda.
¿No te gusta el color original del ladrillo pero te seduce su uniformidad? No hay problema. Sos libre de pintar sobre esa superficie irregular la tonalidad que mas te guste.
Para una cocina, el blanco es una perfecta selección, pero los grises claros están a la orden del día.
Otra ventaja que nos deja la intervención del ladrillo en tu vivienda es que los detalles en color de los muebles, restos de paredes o aberturas, le calzan como anillo al dedo.
En esta cocina, parece que se han enamorado de esta textura pero han sabido ponerle un toque alegre y divertido para contrarrestar esa uniformidad.
Si los tamaños de los ladrillos no son todos iguales, presentan variedad, los acabados que puedes darle a este revestimiento es infinita.
Una terminación más oscura es una excusa excelente para que lo que la rodea cobre protagonismo y carácter.