Con poco hicieron su casita muy discreta

Con una fachada que deja mucho a la imaginación, el frente de ésta residencia se diseñó bajo los principios del minimalismo, evitando cualquier ornamento innecesario y manejando una paleta de colores neutrales. La función domina la forma dando como resultado dos volúmenes  prismáticos de color blanco y dimensiones distintas que representan usos diversos de su interior, haciéndola resaltar entre las demás casas del vecindario.

Cruzando la reja que delimita la parcela, nos encontramos con una interesante composición de líneas y colores, resaltando puntualmente el acceso y los puestos de estacionamiento sin mucha complicación. Bajo el volado de la fachada se ubica la puerta principal, cuyo nivel se eleva un escalón con respecto a la calle para marcar los espacios, conectándose hacia el estacionamiento con una pequeña caminería. ¡Echemos un vistazo para conocer lo que se esconde detrás de la gran puerta de caoba!

Acogedora y llena de luz, la casa recibe a sus invitados con un gran salón abierto delimitado por puertas acristaladas corredizas que van de piso a techo, permitiendo el paso de la luz natural y vistas hacia el patio interno. Al igual que en el exterior, la sobriedad y los tonos neutrales se mantienen tanto en pisos como en pared, nada de adornos, cornisas ni decoraciones ostentosas fueron necesarias para crear una arquitectura hogareña elegante y con estilo.

En el amplio espacio que visualizamos, la cocina se ubica en una de las esquinas, junto al patio de secado que se separa del interior de la casa con un cerramiento totalmente de vidrio, permitiendo el paso de abundante luz natural hacia la cocina. De tonos cálidos, sus muebles de madera se combinaron con topes de fórmica color beige para crear una distribución en forma de U con desayunador incluido. Un look muy moderno, sencillo y acorde al resto de la casa.

Del lado opuesto a la cocina, nos topamos con el elemento de circulación vertical: La escalera. Ésta pieza fue todo un reto para los arquitectos, ya que se buscó utilizar la menor cantidad de espacio posible para no saturar el ambiente, por lo que el color blanco fue el indicado para cubrir todas sus caras. Continuando con el estilo minimalista, los pasamanos se utilizaron únicamente en el tramo superior de la escalera, dejando libre los escalones inferiores, ideal si no se tienen niños pequeños en la casa.

En el segundo nivel, el recorrido continúa por los espacios privados donde encontramos el amplio vestier que se comparte con parte del baño. Combinando éstas dos funciones, no solo se ganó espacio a nivel de distribución, también se pudo diseñar un cómodo armario a la medida. La elegancia de la madera oscura contrasta con el tope y piezas de baño en tonos claro para evitar que el espacio luzca pequeño, complementando el vestier con iluminación directa y paredes en color blanco.

Por último, nos despedimos de ésta encantadora casa echando un vistazo a su patio interno. Aquí observamos el juego de la volumetría y la importancia de los colores, siendo la diferencia cromática la que marca los niveles sin necesidad de quiebres en la volumetría. Grandes ventanas se ubican en el nivel superior, mientras que en planta baja, las enormes puertas corredizas permiten que el usuario goce del jardín y de la abundante luz natural.