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Si hay algo que siempre se agradece en un hogar es la buena iluminación. Y es que más allá del ahorro energético, la luz natural llena los espacios de la casa con una vibra especial, que muchas veces puede cambiar incluso el estado anímico de quienes la habitan.
Ya sea al abrir nuestra cortina al despertar o al disfrutar del desayuno en el comedor. El contar con ventanales grandes, que cubren muros completos nos acerca a la naturaleza, la paz y a descubrir matices en colores y materialidades.
En arquitectura el buen uso de la luz debe estar presente desde antes de comenzar el proyecto constructivo. En este caso, gracias a la buena iluminación del living se logra resaltar los colores, dar fuerza a las texturas y otorgar valores cromáticos en materialidades como la madera o el muro de microcemento.
Es tan importante la luz en el ambiente, que algunos expertos la asocian con el concepto creativo y emocional del individuo. Muchas veces no podemos explicar porqué un lugar de nuestra casa nos hace sentir tan alegres, relajados o cómodos. Lo mismo sucede con nuestro restaurante favorito, que independiente de la comida que se pida, el lugar nos aporta sensaciones placenteras que hacen repetirnos.
Si bien la luz produce un efecto imperceptible al ojo humano, nadie es ajeno a ella. Y queramos o no, los rayos de sol que entran por la ventana atraviesan nuestro cuerpo, y al hacerlo producen esa vibración que agita nuestro estado anímico.
Otro aspecto importante que se logra con un espacio bien iluminado es la relación con lo que nos rodea fuera de la vivienda y la naturaleza. Al contar con grandes ventanales nos permite proyectar nuestra vista más allá del límite de nuestra casa y querer contar, por ejemplo, con un jardín frondoso o casas polinizadoras de abejas.
Para aprovechar e intensificar la luminosidad en las
habitaciones es aconsejable utilizar en la decoración colores claros. Que si bien,
no aportarán directamente con luz, darán la sensación de claridad y evitarán que
la luz se apague al entrar en contacto con tonalidades oscuras.
Los blancos, grises claros y tonalidades pastel, como las de la foto, son ideales para aumentar la luz en el hogar.
Otro elemento importante a tener en consideración son las cortinas. Si queremos una habitación iluminada hay que inclinarse por los colores claros y telas delgadas como la seda y organza. Ambas permiten mejor el paso de luz.
No hay que olvidar que menos es más, y en ese sentido, menos muebles aportarán más espacio en la sala o dormitorio.
Ya hemos hablado de la importancia de la luz y sus múltiplesbeneficios, pero aún no hemos indagado en el ahorro energético que implica el uso de esta fuente natural.
Hoy valoramos mucho más una vivienda luminosa de una lúgubre, pero ¿Qué sucede si nuestro hogar no cuenta con las ventanas necesarias o muros para reemplazar por ventanas? Una tendencia que casa vez se ocupa más en las viviendas son los conocidos tragaluz de techo.
Un tragaluz es una ventana con vidrio situada en el techo de la habitación. Si bien, su principal objetivo es dejar pasar luz natural a la casa, también logra aportar una perspectiva del diseño a la vivienda y permite dar mayor amplitud a la sala.
Su instalación es fácil y al estar situado en el techo aporta mayor luminosidad que una ventana.
La luz influye en los colores y texturas pero también agrega un valor en las materialidades con las que contrastamos dentro de la vivienda, por ejemplo, la madera.
Tal como se puede apreciar en la fotografía, la luz de la habitación resalta el color, textura y veta de esta materia prima. Al compenetrarse la luz y la madera logran construir un ambiente mucho más potente, que se genera a partir de la relación que se crea entre luz y color de éste. Dejando en un segundo plano la decoración, color y textura del inmueble.
