La arquitectura de Bjarke Ingels Group

Marisa Alcore Marisa Alcore
VM HOUSES, BIG-BJARKE INGELS GROUP BIG-BJARKE INGELS GROUP Case moderne
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Desde que comenzó el nuevo milenio, el campo de la arquitectura contemporánea internacional contó con un jugador de calidad en su primera liga: Bjarke Ingels. Durante varios años Ingels trabajó en el internacionalmente conocido estudio OMA bajo la tutela de Rem Koolhaas, hasta que en 2001 fundó el estudio PLOT con su colega belga Julien de Smedt . A pesar de su corta existencia (hasta 2006), PLOT dio a la luz varios proyectos de gran éxito, hecho que impulsó que fundara más tarde su propio estudio de arquitectura Bjarke Ingels Group, conocido también por el diminutivo de BIG

Con sedes en Copenhague, Nueva York y Pekín, BIG tiene una innegable influencia en la arquitectura de ahora gracias a su gran comunidad de más de 200 miembros en la que diseñadores, arquitectos y otras mentes creativas crean cada año decenas de grandes proyectos repartidos por todo el mundo. Sus proyectos abarcan muchas escalas (desde el diseño de mobiliario hasta planificación urbana) y muestran una nueva forma de hacer arquitectura, que intenta que los problemas se conviertan en soluciones. El lema del estudio yes is more, una jocosa reinterpretación del menos es más de Mies, simboliza perfectamente la filosofía optimista de BIG

Recorremos hoy desde Shanghai a Copenhague para mostraros sus proyectos más representativos y ponerle cara a la nueva definición de arquitectura residencial y pública. 

VM Houses (Copenhague, 2006)

En la década del 2000, la ciudad de Copenhague decidió construir un nuevo barrio residencial, Ørestad, al sur del centro histórico y cerca del aeropuerto internacional de la isla de Amager. Bjarke Ingels y Julien de Smedt decidieron unirse en colaboración para diseñar el primer proyecto residencial de escala compleja en esta parcela. Las VM Houses deben su nombre a la forma de su planta vista desde el cielo. Los dos edificios que componen este complejo residencial están formados por dos prismas longitudinales quebrados en zigzag con la finalidad de las viviendas abran mejores vistas al entorno paisajístico y limitar vis-à-vis. Por otra parte, como se puede ver en esta fotografía, la fachada sur del edificio en forma de V se proyecta con extraños balcones angulares. Estos no solo crean un espacio privado al aire libre y un gesto arquitectónico dramático, además también se limitan las sombras que proyectan los balcones para que todos puedan disfrutar de un espacio al aire libre soleado.

El proyecto es una reinterpretación contemporánea de las unidades residenciales  de Le Corbusier, los famosos edificios que han revolucionado nuestra comprensión de la vivienda social y la arquitectura residencial en general. Las VM Houses recogen dos aspectos fundamentales del proyecto de Le Corbusier. 

En primer lugar, los arquitectos fueron influenciados por la geometría de las unidades de habitación que ofrecía la posibilidad de construir apartamentos cruzados sobre varios niveles en una pieza compacta y económica. Sin embargo, este proyecto contemporáneo acoge más de 80 combinaciones diferentes agrupados como un juego de Tetris, de una manera compleja e inteligente. No solo se amplia la diversidad tipológica y arquitectónica, además también se promueve la diversidad social en el mismo edificio, de manera que solteros, jóvenes profesionales, pequeñas familias, familias numerosas y pensionistas viven bajo un mismo techo.

En el interior, intentando crear un proyecto de vivienda social fértil con interacción entre los usuarios, los arquitectos reinterpretan la idea de calle interior de Le Corbusier, quien entendía los corredores interiores como espacios de relación entre vecinos. Aunque en la realidad estos pasillos se convirtieron en espacios largos y oscuros similares a los cul-de-sac. Smedt e Ingels aprovechan el esquema quebrado de la planta para diseñar corredores más cortos, que reciben luz natural y abren vistas al paisaje. Estos espacios de circulación están pintados con colores brillantes – diferentes en cada piso – para crear un sentido de comunidad e iluminados con luces de neón para crear un ambiente  de ciencia ficción más atractivo. Además, nichos abiertos en la pared permiten aparcar bicicletas. 

Pabellón de Dinamarca (Shaghai, 2010)

En 2010, China recibió a visitantes de todo el mundo durante la Expo Universal de Shanghai. Como es habitual, cada país diseñó y presentó un pabellón para mostrar su patrimonio y cultura, tanto tradicional como contemporánea. Bjarke Ingels y su equipo de BIG ganaron el concurso planteado para el diseño del pabellón de Dinamarca. Este proyecto emblemático de singular morfología se convirtió pronto en un la tarjeta de presentación del arquitecto danés, que gracias a este proyecto saltó al escenario mundial de la arquitectura contemporánea.

El pabellón de 3.000 metros cuadrados de superficie se diseña como una espiral continua recordando a la forma infinita de una cinta de Moebius. Este bucle infinito cuenta con terrazas y salas de exposiciones, protegiendo en su centro una piscina que se utiliza para ventilar de manera natural el edificio, creando un ambiente fresco en el corazón de la megalópolis china. Esta impresión se intensifica por la omnipresencia de las superficies blancas de acero pintado y resina. Los huecos circulares que perforan la fachada metálica potencian el aspecto general del pabellón. 

Entre los objetivos del pabellón no se encontraba representar la cultura danesa como fría e impersonal, sino más bien permitir a los visitantes experimentar en este espacio el animado ambiente de la ciudad de Copenhague. 

De esta manera, es posible caminar por las sinuosas curvas de este impresionante edificio así como recorrerlo en bicicleta (hay disponibles más de 1.500 bicis para los visitantes). Además, este vehículo no motorizado se convirtió en la bisagra de unión entre los paisajes urbanos chinos y daneses, ambos repletos de este medio de transporte ecológico. También propone una forma de recuestionar nuestra manera de experimentar la arquitectura y la ciudad ofreciendo diferentes perspectivas y diferentes velocidades en el mismo espacio.

El pabellón central de la piscina se rellenó con agua proveniente del puerto de Copenhague, permitiendo a los visitantes darse un chapuzón o simplemente cerrar los ojos, respirar el olor a mar y sentir como si estuvieran en el corazón de la capital danesa. También fue una maravillosa oportunidad para cuestionar el valor del agua, conocido como el oro azul, y las acciones que se pueden emprender para garantizar su calidad y su acceso universal. 

Por último, en el centro del pabellón se instaló uno de los iconos de la ciudad de Copenhague instalado en su fiel roca: la estatua de la Sirenita, heroína del escritor danés Hans Christian Andersen.

Museo Marítimo de Dinamarca (Copenhague, 2013)

Ha pasado poco más de un año desde que el nuevo Museo Marítimo danés abrió sus puertas instalado en la ciudad de Helsingor, conocida mundialmente como el telón de fondo de la tragedia Hamlet de Shakespeare. Este proyecto de intervención sobre el Patrimonio es de lo más inaudito: desde la calle, el proyecto pasa completamente desapercibido, tan sólo se pueden ver pasarelas que brillan durante la noche. El proyecto fue construido bajo tierra, rodeando y cruzando una base industrial en el dique seco. Esto  permitió a los arquitectos diseñar un edificio contemporáneo único sin alterar el paisaje, preservando el panorama prístino del castillo de Kronborg, sede simbólica de los héroes de Shakespeare que vislumbramos en la esquina superior izquierda de la fotografía.

La composición del museo en sí es relativamente simple. En la periferia encontramos los espacios de exposición que gracias a su ubicación subterránea acogen ambientes espectaculares con colores brillantes y proyecciones de vídeo. Mientras que en el centro se acoge el espacio auxiliar del museo que se emplea como anfiteatro, cafetería y amplios salones públicos. Los tres puentes crean una circulación intrigante en el museo y permiten a los usuarios interactuar plenamente con el museo. 

Como se ha mencionado, estas galerías que zigzaguean a través del dique seco no sólo se utilizan como espacios de circulación, sino como espacios abiertos que acogen actividades culturales y sociales. Descubrimos un hermoso anfiteatro abierto, bañado por la luz cálida del sol de la tarde. Este espacio, que es una reminiscencia del auditorio Kunsthal de Koolhaas se aprovecha del volumen inclinado de la puerta de entrada para la instalación de los asientos en gradas. 

El dique seco construido hace más de sesenta años, permanece intacto, y ensalzado gracias a la luz dorada que emanan las pasarelas.Este espacio portador de un pasado industrial importante no solo se ha conservado, sino también reactivado gracias a la construcción de un gran espacio público. Existe, además, una belleza especial en el contraste entre el aspecto áspero de los edificios originales y las superficies lisas y brillantes del nuevo proyecto.

En resumen, estos tres proyectos ejemplares de arquitectura pretenden dar respuesta a los cambios sociales, ambientales y al patrimonio, y éste tan hermoso como forma innovadora.

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